De la simple existencia
La palmera al final de la mente
detrás del último pensamiento, crece,
en la distancia de oros brillantes,
un pájaro de plumas de oro
canta en la palmera, sin significado humano,
sin sentimiento humano, una canción extranjera;
entonces comprenderás que no es la razón,
la que nos asiste en la felicidad o tristeza de los días.
El pájaro canta, sus plumas resplandecen.
La palmera se yergue al borde del vacío.
El viento baila en sus ramas,
las doradas plumas del pájaro caen lentamente,
suspendidas en el aire.
Wallace Stevens
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