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19 enero 2012

Desarrollo del cuerpo de resurrección








  

Cuando mi hijo David de 13 años murió en 1990 fue imperativo para mí encontrar su alma. ¿Adónde había ido? Imaginen cuánto se ha ampliado el alcance de ese deseo hoy tras el ataque terrorista del 11 de septiembre. Toda una nación desea encontrar 6000 preciosas almas. Y nos preguntamos adónde se ha ido todo aquello que constituía para cada uno de ellos su vida individual. ¿Adónde se ha ido cada característica identificable, cada realización? ¿Puede aniquilarse tan fácilmente la existencia de una vida? ¿Puede nuestra propia vida aniquilarse tan fácilmente?... ¿Qué ocurriría si les contara que cada partícula de la existencia individual, de la existencia de cada persona, se ha preservado y que cada uno de ellos aún vive en todos los sentidos de la palabra salvo en uno y que es posible tener una experiencia encarnada de ellos? … He descubierto que aún puedo abrazar a mi hijo. Sé ahora que nuestras vidas continúan y mi convicción es un milagro identificable por el hecho de que mi corazón se ha sanado por el conocimiento que he hallado. Un medicamento que puede curar el corazón de una madre cuyo hijo ha muerto puede ofrecer algún alivio para otros que sufren.



Parte del milagro es que para mí la respuesta vino de un reino muy esotérico del Islam - pertenece al cuerpo de sabiduría que Sohravardî y otros trajeron de la tradición Zoroástrica para rejuvenecer el Islam en el siglo XIII -; la fuente de esto fue el libro "Cuerpo Espiritual, Tierra Celeste" de Henry Corbin, que estaba en la biblioteca de mi marido y que casi voló del estante como una respuesta a mis plegarias. Desde entonces he encontrado igualmente provechosos "Swedenborg y el Islam Esotérico" y "El hombre de luz en el sufismo iranio", ambos de Corbin.



Corbin localiza muy cuidadosamente la existencia de un mundo mediante el cual ocurre la resurrección, un mundo que es "exterior" y sin embargo no es el mundo físico, un mundo que nos enseña que es posible emerger del espacio físico sin emerger de la extensión. Nos cuenta que la percepción de este otro mundo depende de un uso muy especial de nuestra imaginación que puede así llegar a ser "imaginación verdadera" o "real". Entonces actúa de una manera transformadora, capaz de añadir nueva profundidad a nuestras percepciones. "Cambiando los datos físicos impresos en los sentidos en un espejo puro, una transparencia espiritual, así la Tierra con sus cosas y sus seres se elevan a la incandescencia, a un estado diáfano que permite que la aparición de sus estados sutiles penetre la intuición visionaria".



Es imposible comprender muy bien la explicación de Corbin a menos que se sea capaz de despertar a una realidad multidimensional. Si se puede prestar la suficiente atención, el premio es el desarrollo de una capacidad o proceso que trasciende el espacio y el tiempo. Sólo aquellos que están lo bastante desesperados pueden hacerlo. ¿He captado vuestra atención?



Yo había comenzado una exploración que volvía a fuentes como el Zoroastrismo, el gnosticismo griego y el Islam del siglo XIII, a fin de hallar respuestas a mis preguntas sobre:


 ¿Dónde está mi hijo?
 ¿Cómo sabemos qué es real?
 ¿Cómo prepararse para la eternidad?
 ¿Cuál es el sentido de vivir y de morir?



Lo que más anhelaba era abrazar a mi hijo. Pero esta búsqueda es sólo parte de mi otra búsqueda - a fin de saborear la satisfacción - por traer el cuerpo al espíritu, por dar corporeidad al espíritu. ¿Dónde encontramos un espíritu encarnado? ¿Cómo podemos fundir cuerpo y espíritu? El lugar de una sutil degustación.



Este es un reino que hemos perdido culturalmente. En nuestro esquema de las cosas tenemos una mente que se explora con el intelecto y una corporeidad que se explora con los cinco sentidos, pero no un terreno de encuentro entre ellos. ¿Es posible asignar realidad a algo sin usar los cinco sentidos? ¿Qué es real?... De hecho, sentía que estaba siendo conducida por mi propio hijo muerto hacia un libro que me llevó por un largo camino hacia mi meta. Una tarde un libro llamado "Cuerpo Espiritual, Tierra Celeste" pareció llamarme. Comencé a leer el denso, complejo texto de Henry Corbin, un islamista y también un buscador espiritual. Después de estudiar atentamente el libro durante once años, meditando en él y haciendo propios los mitos y procesos que en él aparecen, encontré algunos temas que respondían a mis preguntas. Comparto ahora con vosotros mi interpretación de estas lecciones de sabiduría tal como se han concretado en una comprensión del mundo y de como nos transformamos y continuamos aún después de la muerte.




"Cuerpo Espiritual, Tierra Celeste" habla de un proceso por el cual una persona puede establecer una conexión viviente con Dios, un "ojo del mundo más allá" que puede ver conexiones más profundas detrás de todo lo que existe en el mundo material (lo que Pir Vilayat llama aquello que transparenta detrás de lo que aparenta). Mediante esta relación viviente con la Deidad, que establece una resonancia entre estos mundos percibidos, la persona comienza a llevar una especie de tela de ser basada en un patrón que descubre en su propia alma. Esta tela, que es el cuerpo de resurrección, reside en un lugar llamado por Sohravardî "Na Koja Abad", el lugar que no es un lugar, un lugar creado a partir de la última partícula de materia, del tamaño de una semilla de sésamo, que creó el universo. Es la semilla del "ábrete Sésamo" que puede abrirse a un mundo en el cual este mundo material es como un grano de arena en una playa. Al igual que los hombres a quienes tradujo, Henry Corbin llamó "imaginación activa" al órgano que penetra en este lugar, pero aclaró que era más que fantasía. A medida que se afila y se perfecciona, se desarrolla en lo que él llamó "imaginatio vera" o la imaginación verdadera, que puede ver mundos tras los mundos, así como alinearse con la fuente de todas las imaginaciones, el Creador.  El material es la mejor descripción de lo que se ha llamado la "filosofía de la luz" que fue introducida en el Islam a partir del zoroastrismo por Ibn Arabí, Sohravardî y otros en los siglos XII-XV. Presenta un sistema por el cual los individuos pueden:




  • Restablecer su conexión con lo Divino de un modo personal volviéndose los Amados de Dios.
  • Despertar en sí mismos un proceso que desvela las realidades ocultas, sana las heridas físicas y emocionales, estimula la creatividad (en niveles sorprendentes) y los transforma en seres multidimensionales.
  • Participar conscientemente en la creación de su cuerpo de resurrección.
  • Desarrollar un sentimiento de profunda satisfacción ubicando el sitio donde se cumplen todos los sueños.



De modo que regresemos a nuestro modo zoroástrico de ver las cosas.



A los quince años, el aspirante hacía un voto de vivir como una criatura del Arcángel de la Tierra (Spenta Armaiti), que establecía su existencia en armonía con un ser de luz, de hecho, un mundo entero de luz que existía en apoyo de ellos. Establecía la esencial dualidad del aspirante como un ser de luz encarnado que había aceptado entrar en la vida para combatir en la batalla de la vida. El compañero celestial de este ser de luz (en esta tradición la dualidad esencial es una relación de luz con luz, no de oscuridad con luz) se llama la fravarti, que permanece en el mundo de luz y recibe todo lo que le retroalimenta el alma encarnada, como un objeto retroalimenta su imagen en un espejo. Este es el ángel amoroso en cuya mirada somos contenidos eternamente con tal ternura. Es el gemelo celestial que estima nuestra individualidad y contempla todo lo que nos ocurre.



Los zoroastrianos hacen votos de "asumir Spentarmaitikh" que ha de ejemplificar en su presencia el modo de existencia de Spenta Armaiti. Esto significa reproducir en ellos mismos el "pensamiento de sabiduría" que se describía ulteriormente como "perfecto pensamiento bajo la pura mirada del amor". Supuestamente esto permite que se abra en sus vidas un espacio llamado "la Tierra celestial, la casa de la cual es señora Spenta Armatai". El pensamiento perfecto se llamó luego la mater vitae, la "madre de la vida", un poder capaz de dar vida y vitalidad. La suya era una devoción viviente, a través de la cual se encarnaban los espíritus y el mundo físico se renovaba continuamente con el espíritu.









La meditación del ángel zoroástrico


Imaginad primeramente aquel aspecto de Dios que es vuestro propio ángel. Sentid el tirón de amor entre vosotros como un imán que aliena todas las partes de vuestro ser. Sentid la unificación de vuestro ser con este Yo celestial, salvo que habéis adquirido algunas cosas como resultado de la vida, algunas cicatrices, algunas experiencias, algunos tesoros, algún aprendizaje, alguna magia … que ahora permitís que "retroalimente" a vuestro ángel. Vuestro ángel ahora tomará estas nuevas impresiones y las reordenará para vosotros. Os volveréis renovados al daros cuenta de vuestro yo celestial, si dejáis ir estas impresiones. Esto funciona sólo por que el yo celestial es una parte de nosotros, y realmente es a partir de donde crecemos y cambiamos. De modo que nos volvemos nosotros mismos a medida que dejamos ir a quienes somos (que realmente es quienes ÉRAMOS, aún adherido a nosotros). Si el alma no retiene nada, entonces esta entera manifestación es retroalimentada - el proceso se invierte. Fluir hacia afuera se transforma en fluir interiormente. Como ir a través del espejo (en Alicia en el País de las Maravillas). Creamos una superficie autorreflectante - toda la luz es retroalimentada-. No como esta persona mirando a eso. Emerge así un proceso especial en tanto la luz brilla sobre la luz.



En lugar de enfocar en la cosa percibida (lo que yo he perdido), podemos volver la atención sobre nosotros mismos y trabajarla de modo que deviene una solución al problema. Usualmente percibimos pasivamente como una pantalla que recibe una imagen. ¿Pero qué ocurre si trabajamos con la superficie de la pantalla, le permitimos adquirir profundidad – espesarse - y le concedemos una transparencia interior de modo que las cosas proyectadas en ella ahora están en contacto con mucho más? … Hay incluso una forma de toda la superficie que posibilita un foco especial de todas las partes que nunca habíais aprendido a enfocar juntas. Descubrí que la forma de mi pantalla era el rostro de mi yo celestial, que es mi rostro tal como ese yo me ve. Ahora, con esta resonancia aumentada, la búsqueda (de mi hijo, de lo que deseáis) es una tarea mucho más simple.








Na Koja Abad (La tierra de ningún lugar)


Algunos de vosotros acaso conocéis a mi marido, Azar Baksh Weiner. Ha estado enseñando en una clase fascinante y con gran asistencia llamada "Ciencia y Espiritualidad" en nuestra apreciada Iglesia de Todos los Santos. Una de las sorprendentes ideas que nos ha enseñado es el hecho de que no se puede hablar de lo que ha ocurrido antes del Big Bang porque de hecho nuestro tiempo (y espacio) comenzó con el Big Bang.  Lo que voy a intentar hacer es hablaros de des-hacer el Big Bang, de un modo; des-hacer espacio y tiempo porque sé que mi difunto hijo David vive más allá del espacio y del tiempo.



Los sufíes del tiempo de Sohravardî hablaban de un lugar llamado Na Koja Abad, que significaba La Tierra de Ningún Lugar. En la experiencia del buscador espiritual, llegamos a sentir primero que estamos viviendo en una condición opresiva, y luego buscamos nuestro verdadero hogar más allá. "¿Cuál es el camino que conduce fuera de ello? ¿Cuán largo es? Es en el punto de partido cuando llegas allí de nuevo. Pero el yo que se encuentra allí es aquél que es un yo superior,  cuando uno está allá ha logrado la Aptitud que le vuelve como un bálsamo, una gota del cual destilas en el hueco de tu mano sujetándolo mientras encaras el sol, y entonces pasa a través del dorso de tu mano" (de "Swedenborg y el Islam esotérico", de Henry Corbin).



Esta descripción es la transición de nuestra percepción del "mundo de los sentidos" o zahir, al interior o batin. En la condición interna, uno no experimenta localización en el espacio "sino que acontece una cosa extraña una vez que ocurre esta transición, esta realidad una voz interior y oculta se revela como envolvente, abarcante y conteniendo todo lo que era externo y visible” (de "Swdenborg y el Islam Esotérico", de Henry Corbin).


No hablamos aquí de una experiencia mental sino de una experiencia que funde alma y cuerpo. Este tipo de vocabulario puede sernos extraño porque en nuestra cultura hemos consentido en un divorcio entre el mundo de los sentidos y el mundo del alma, mientras que en la cultura de los antiguos sufíes existía un reino de lo imaginal que llenaba esa brecha.



"Cuando aprendas en los tratados de los antiguos sabios que existe un mundo provisto de dimensiones y extensiones diverso del pléroma de las Inteligencias, no te apresures a llamarlo una mentira, pues los peregrinos del espíritu pueden contemplar ese mundo y encuentran allí todo lo que es el objeto de su deseo" (de "Cuerpo Espiritual, Tierra Celeste" de Henry Corbin)



Mientras mi hijo moría, y poco después de que muriera, podía sentirlo acariciándome, como una amplia y cálida sensación a mi alrededor. "Entendía" sus palabras para mí, tal como pienso cosas por mí misma, pero sabía que eran sus palabras, y me confortaban y me aportaban paz desde él y desde aquellos seres que estaban ayudándole en su transición. Pero un día me dijo que ya no podría venir a mí de la misma manera, que yo tenía que ir adonde él estaba, de algún modo. Cuando oí acerca del reino de Na Koja Abad, supe que era con seguridad el lugar donde podría abrazar a mi hijo.



"El secreto de la curación es elevarse, por el poder de la creencia, por encima de las limitaciones de este mundo de variedad que uno puede tocar, por el poder del intelecto, la unidad del la totalidad del Ser" (Hazrat Inayat Khan)











Inducción - Inversión


Lo que era clave era el lugar de la inversión; comencé a reunir frases que parecían ponerme en una condición interna que de algún modo preservaba la dimensionalidad y la extensión en el espacio, aunque no un sentido usual del espacio. Una era la afirmación acerca de "un bálsamo, una gota del cual destilas en el hueco de tu mano sujetándolo mientras encaras el sol, y entonces pasa a través del dorso de tu mano". O como nuestro propio hijo, en su condición interna, nos había enseñado a imaginar mirando en un espejo enfrentado a otro espejo: era como ir a través del espejo, o reflejar 180 grados pero hacia una nueva dimensión en cada ocasión. También dijo que pensáramos en él más allá de donde estamos como, justo, por encima de la superficie del agua.



Lo que experimentamos como nuestro "mundo" es la extensión entre un alma y las percepciones sensoriales de esa alma. Los antiguos sufíes hablaban de la "física" de un alma particular que define el mundo particular de esa alma. Nuestra "física" usualmente está enterrada en nuestra percepción del mundo así como el azúcar está disuelto en el agua azucarada. Podemos examinar nuestra propia "física" aprendiendo a proyectar nuestras energías sin los sentidos usuales (meditación). Entonces podemos usar conscientemente nuestra física de nuevo en el mundo sensorial (y en el ulterior). Es posible reconstruirnos totalmente a nosotros mismos (o experimentarnos como reconstruidos diferentemente) de modo completamente diferente, en una auto estructura altamente organizada. Es un darse cuenta de sí con muchas más dimensiones, una reconstitución de todos los puntos que interiormente uno había identificado como "mundo exterior", sentimientos internos, ideas, partes del propio cuerpo, arquetipos, etc., ahora como un solo ser. (Sta. Teresa de Ávila lo describió como un diamante de múltiples facetas). El propio ser "se expande" (como si una caja plana se volviera tridimensional) permitiendo muchas más conexiones y los puntos pudieran estar mucho más próximos de lo que estaban antes en la versión comprimida de uno mismo.



Los zoroastrianos hablaban del desarrollo de tal construcción como el cuerpo de resurrección, hecho de la sustancia Xvarnah, que es lo mismo que irradiación y gloria (Nur) que Ahura Mazda hizo que "sobreabundara" en todos los seres. En la tradición sufí, el universo es una explosión a la manera de una serie de espejos a partir de la Deidad central en un gran impuso de conocerse a los ojos del Amado. Cada epifanía o costra del universo es un reino individual que está conectado a todos los demás. En efecto, están anidados unos dentro de los otros, siendo cada uno el "fruto" o la criatura del anterior. Vuelvo a referiros a la Meditación del Ángel Zoroastriano para un método de construir el cuerpo de resurrección. Uno ofrece de vuelta todos los puntos que definen su mundo hacia la fuente de la cual uno ha venido. Todos los puntos de Xvarnah son devueltos, pero con la propia signatura de uno, con el propio punto de vista personal que ahora reinviste al Todo con vida, con una dimensión añadida que antes no estaba allí. Uno reclama su herencia a la vez que conoce su contribución individual.



Mi relación con mi hijo también había abierto la comunicación con otros seres en los reinos interiores. Uno de estos era mi propio padre, que había muerto hace 26 años. En un sueño maravilloso lo vi haciendo lo que ahora hace en el otro lado, lo que parecía pulir "piedras preciosas" que me parecían nebulosas que he visto en telescopios - como nubes de estrellas radiantes de múltiples dimensiones-.  En cierto punto del sueño sentí sed y le pedí agua a mi padre. Se rió y dijo: "¿Qué tal esto?" Y de repente me di cuenta de una inmensa cascada que parecía como la esencia del agua: calmaba cada aspecto de sed que haya tenido yo aparentemente en el pasado el futuro, en cualquier lugar, etc etc Tiene que haber sido el arquetipo del agua. Era agua de la Tierra de Ningún Lugar.  Es posible experimentar en plena corporalidad y a la vez llenos de espíritu, en comunicación con cualquiera que deseemos. Lo importante es operar con nuestra imaginación, el órgano por el cual percibimos las cosas, cuyo dominio establece el cuerpo de resurrección.






La imaginación activa


Discutamos acerca del órgano que usamos para percibir las cosas de los mundos interiores, un órgano que dijimos que se ha atrofiado en la mayoría de la gente. Puede funcionar directamente como una facultad y órgano de conocimiento tan real como los órganos de percepción. Es una imaginación arquetipal. Podemos llamarlo la imaginación activa, pero tenemos que recordar que queremos decir algo muy diferente de la fantasía, o de la interpretación usual de "imaginación". Con frecuencia creemos que lo que percibimos con nuestros cinco sentidos es la realidad. Que esto es errado puede demostrarse por el hecho de las cosas parecen muy diferentes cuando estamos de mal humor, cuando estamos enfermos o especialmente cuando estamos enamorados. Pensad en ejemplos de cada uno de estos casos en vuestra vida, y cómo parecía cambiar el mundo porque estabais en un punto de vista diferente. ¿Es posible que podamos trabajar conscientemente con este punto de vista? … En verdad, esto es lo que hacen los psicólogos para ayudar a gente que se ha quedado atrapada en una perspectiva particularmente dañina. Lo de que acaso no nos damos cuenta es de que incluso una perspectiva "saludable" puede haberse configurado por la sociedad y el propio pasado. Es posible alterar dramáticamente la propia perspectiva más allá de lo "normal" y todavía funcionar de un modo saludable, e incluso más saludable. De modo que podemos alterar nuestra percepción de lo que pensamos que es la realidad, y acaso expandirla más. Podemos también percibir los niveles ocultos más profundos, por detrás de lo que vemos con nuestros sentidos usuales. Hacemos eso a medida que nos volvemos deseosos de entregar nuestros conceptos de realidad preconcebidos, endurecidos, a cambio de las dispensaciones de significado fresco y genuino que están disponibles. La asignación de significado a las cosas ocurre de hecho todo el tiempo, sin embargo. Es como el proceso de leer, que asigna imágenes y significado a las marcas de tinta sobre el papel. Tenemos experiencias a causa de los significados y agrupamientos de significados asociados con palabras en las narraciones y libros. También dependemos de nuestra capacidad de penetrar la superficie y hacer que avance la realidad más profunda siempre que conversamos con alguien o incluso cuando disfrutamos de una buena comida. Esto ocurre porque quien percibe todas las cosas es de hecho el alma misma.




Pero esta capacidad de hallar significado es sólo el primer paso. La imaginación nos abre a todo un mundo: el mundo del alma.



La imaginación:

·        desvela niveles ocultos
·        irrumpe a través de lo "real"
·        contiene el significado
·        es el lugar donde la gente se encuentra.
·        perdura más allá del cuerpo físico.
·        se "espesa" o deviene multifacética o "de muchos ojos".
·        puede devenir imaginatio vera - la imaginación de lo Divino-.




Una propiedad de la imaginación es también transmutar los datos sensoriales, resolviéndolos en la pureza del mundo sutil, a fin de restaurarlos como símbolos a ser descifrados, estando impresa "la clave" en alma misma. Una percepción de este tipo es equivalente a una "desmaterialización", "variar” los datos físicos impresos en los sentidos en un espejo puro, una transparencia espiritual:


así la Tierra con sus cosas y seres es elevada a la incandescencia, a un estado diáfano, que permite que la aparición de sus estados sutiles penetre en la intuición visionaria" (De "Cuerpo Espiritual, Tierra Celeste" de Henry Corbin).




Despeja la realidad oculta. La imaginación capta objetos no en la objetividad sino como un signo, una intimación que finalmente es la anunciación del alma a sí misma


Os dejo con mi mejor intento hasta ahora de resumir el proceso de recuperar nuestra multidimensionalidad, que es nuestro cuerpo de resurrección:



·     Tenemos dentro de nosotros un poder de configurar y conferir realidad.

·     Incluso podemos permitir que una realidad se refleje en otra realidad.

·    También podemos imbuir una realidad con una cierta emoción o un aura general.

·    Diferentes combinaciones de lo de arriba producen una percepción del movimiento a través del tiempo y el espacio.

·    Automáticamente adoptamos la manera de configurar que se nos ha enseñado, pero a veces aprendemos a rehacer completamente, a deshacer, a enseñarnos a nosotros mismos el proceso.

·    Podemos recogernos en el nivel de arquetipo, recordar una existencia en el reino donde el ser está "en suspensión" o no reflejado en nada sino en sí mismo.



El modo en que percibimos usualmente aísla un "marco" - como una instantánea - de ser y extrae los elementos individuales del campo esencial hacia un campo de tiempo-espacio. Así, experimento un gato o una silla. Es posible devolver el "marco" o la instantánea a su esencial cualidad de ser. Así el gato que hemos aislado regresa a su estado esencial "en suspensión". La parte que había sido aislada existe ahora como un elemento libre en una serie que incluye múltiples dimensiones. De modo que es reconectado con todas las series de las cuales es un elemento. Ahora es en su condición real, no urdido dentro de nuestra percepción personal particular que era, como la llamaban los antiguos sufíes, un "accidente" donde un "marco" al azar es aislado y extraído de su serie.




Imaginad la imagen de una planta reflejada en un espejo. Si analizamos el material de esa imagen, sería de la sustancia del espejo - no realmente ella misma. Pero podemos convencernos de que la imagen era real. Todo lo que percibimos es actualmente como una imagen reflejada sobre una superficie que hemos creado. Es posible liberar la imagen de la superficie de modo que devenga lo que realmente es: un elemento de muchas series en múltiples dimensiones. Si podemos hacer esto con nosotros "mismos", seremos devueltos a la condición en la cual somos eternamente renovados, en unidad y en amor.




Personalmente, partí en busca de un abrazo y acabé volviendo a casa.




Ravi Rah Weiner




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