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04 diciembre 2011

Ghislaine Gualdi / Omnia










Cuando morís os encontrais en un plano que representa exactamente el mismo nivel que aquel que habéis conquistado a través de vuestras experiencias terrestres. Al morir, el que deja el cuerpo parte impregnado de nociones inscritas en la memoria que se han alojado primero en su memoria cerebral y luego en la memoria - base del alma, en el plano mental inferior.




Diferentes zonas vibratorias que corresponden a fases de actividad y a grados de evolución del hombre. Inmediatamente, cada uno es proyectado a la zona vibratoria correspondiente, cómo cuando captáis una emisora de radio que captáis aquella que vuestra emisora ha sintonizado, e inmediatamente uno es enviado a la zona vibratoria correspondiente y allí, inconscientemente, de manera natural, uno proyecta sus memorias, su substancia, y vive en el interior de esa substancia. Por eso, al morir, el fallecido encuentra el mismo decorado, las mismas personas, el mismo ambiente que tenía durante su vida terrestre. Es decir, que la Ilusión persiste. El muerto no es alguien que por fin encuentre la Verdad, que por fin alcance un grado superior de ser. No. Seguís siendo lo mismo que erais, por proyección. El mundo astral es un mundo fenoménico, un mundo de espejismo, un espejismo que, si no se sale fuera de él, no hace más que perder al ser humano.



Así pues, al morir, uno encuentra su espejo. Según vuestro grado de evolución, el espejo va a reflejar una cosa u otra, permitiéndoos una acción mayor o menor, o haciendo que os durmáis profundamente; pues hay personas que al morir no pueden permanecer activas en el plano astral; su ilusión es demasiado espesa. En la espiritualidad llamamos "sueño" a todos los planos de insconsciencia. Vosotros mismos estáis en planos de inconsciencia y de sueño, en relación a la Realidad que tenéis que descubrir de vosotros mismos. Así pues, hay planos en los que los muertos están en un estado de sueño profundo. En ese caso, después de cierto tiempo, son los Señores del Karma los encargados de despertarles y decirles que es el momento de re-encarnar, en tal país, tal raza, tal hogar, tal tipo de experiencia, pues han de adquirir un tipo de conciencia superior. A medida que evolucionan van siendo, al morir, cada vez más conscientes, debido a que han desarrollado una mayor conciencia en la Tierra. Y así pueden llegar a mantener, a veces, relaciones con los terrestres que siguen vivos. Poder entrar en contacto con el espíritu de un muerto es la prueba de que ese espíritu ha ido un poco más lejos que los otros en la evolución de su conciencia. De otro modo, es imposible hacer contacto con él. Él duerme. Y cuanto más se desarrolla el individuo, más vive su muerte de manera consciente. Mientras que los otros tienen la impresión de caer en un agujero, en un vacio oscuro, pues se duermen inmediatamente. Por eso, instintivamente, los seres humanos tienen miedo de la muerte, cómo de una "nada". ¿Por qué?  Porque en la mayor parte de las experiencias de los hombres con la muerte, se trata de entrar en una nada, mientras que la vida física representaba el único momento en que podían "vivir", "actuar", "ser". La muerte era un sueño. Por eso se asocia la muerte con las tinieblas, el inconsciente, la nada. Cada vez que un hombre evoluciona, entra más conscientemente en la muerte, no se duerme, no es enviado al inconsciente, es enviado a un plano de vida, a un plano del astral superior. Y para alguien todavía más evolucionado, no se trata ya de transitar por el plano astral, sino que es enviado por encima del plano astral, en su "cuerpo espiritual". Alcanza otra dimensión. No se halla ya en el reino de la muerte. Pasa de una dimensión a otra. Es lo que sucede en el caso de los verdaderos Iniciados. Por eso se puede decir que ellos no mueren. 




Puede parecer muy lejano el día en que el ser humano vivirá en su cuerpo espiritual. Y, sin embargo, es fácil. Ya lo podéis lograr fácilmente. Basta con estar atento a la Realidad, a esa noción de la otra dimensión. Si vivís cada vez más de acuerdo a las armonías de esa otra dimensión creáis el puente con ella y al morir despertáis y nacéis en esa otra dimensión. Eso quiere decir que la muerte en la Tierra significa nacimiento en otra parte. Más adelante, cuando necesitáis todavía proyectaros en la materia, morís a esa otra dimensión para nacer en la Tierra. Lo que hace que no haya muerte, sino sólo cambio de forma para ir a tal o cual lugar o aspecto de la manifestación. Del mismo modo que al hacer deporte o ir de fiesta cambiáis de vestido, así al ir a la Tierra os poneis el vestido de carne y al ir a otra dimensión os ponéis el vestido de luz. Es así de simple. 




El miedo tiene lugar por tener que pasar por el astral para alcanzar algún día la otra dimensión. Pero en el astral no sólo hay gente que duerme; eso sucede sobre todo en el bajo astral; la gente que duerme es sobre todo la gente "profana" especialmente aquellos que han cometido muchos errores, porque Dios es perdón y los Señores del Karma, aunque sean temidos, son perdón. Un hombre cargado de tinieblas por haber actuado negativamente, un hombre cargado de crímenes, o un suicida al final de su desorientación no van a permanecer todo el tiempo hasta su nueva encarnación frente a todas esas memorias. Sería una tortura demasiado grande y se les evita mediante el sueño de su conciencia. Se pone un velo sobre su espejo y así se duermen. No se les despierta más que para su encarnación. 




Ahora bien, poco a poco se va adquiriendo conciencia y algunos llegan a poder continuar tras la muerte algún trabajo con los terrestres vivos desde allí. Y así pueden enviar mensajes o proteger a sus hijos o a sus vecinos, o elegir estudiantes o inspirar ideas en tecnología, arte o lo que sea. Y así participan en la evolución del mundo.               




G. Gualdi (fragmentos de una conferencia / canalización)







  




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